domingo, 28 de septiembre de 2008

Educación y Ciencia


Recuerdo hoy la historia de cómo Pasteur encontró su famoso metodo para eliminar los gérmenes conocido como pasteurización. Básicamente a Pasteur en 1855, con poco más de treinta años, se le acercó M. Bigo, un fabricante de vinos del norte de Francia quien sufría repetidos fracasos puesto que su vino se agriaba fácilmente. Pasteur accedió a investigar el caso: primero analizó químicamente el contenido del vino agrio encontrando que tenía ácido láctico en vez de alcohol, ello le llevó a razonar que existían dos tipos de fermentaciones dados por bacterias y por levaduras. Luego encontró que, calentando el vino -algo rechazado para la época- y enfriándolo rápidamente podía matar a los microorganismos y esterilizar el producto. Este método se conoce como pasteurización y es, básicamente el mismo, que hoy día se aplica a la leche "pasteurizada."


Louis Pasteur en 1880

Este ejemplo me ha llevado a pensar... ¿por qué en educación no se actúa de forma similar? ¿Por qué ese rechazo a tratar los problemas educativos de forma no científica?

Intentando establecer un paralelismo podemos imaginar que unos docentes en un centro determinado pueden tener algún problema... falta de motivación en su alumnado, poco aprendizaje de sus estudiantes, alto absentismo,... ¡Creo que no es mucho suponer!

Luego alguno puede que conozca a alguien en la Universidad o le gustó su conferencia y recuerde lo que habló acerca del problema, cómo abordarlo,... o quizás otro ha leído algunas acciones que mejoran el problema en otro centro, incluso puede que haya algún docente que pueda mencionar un libro que leyó alguna vez o un autor... Lo reconozco, ya es más imaginación...

Incluso puede que, tras alguna conversación casual, se atrevan a diseñar algún instrumento para recoger datos del problema y a poner en práctica alguna sugerencia que se les ha ocurrido... ¡Lo sé, lo sé; esto ya no es realidad!

Por último, puestos a imaginar, podemos suponer que estos docentes analizan su experiencia y la hacen pública; aunque solamente sirva para que otros centros similares puedan llevarla a cabo... ¡Esto ya es fantasía!

Pero puestos a soñar... ¿por qué no pensar que eso es posible? Que podemos aplicar en educación un método científico que nos asegure que vamos mejorando cada día como docentes del centro, que vamos resolviendo los problemas que encontramos o, al menos, intentamos resolverlos con lo que tenemos,...

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