viernes, 14 de noviembre de 2008

Peligros del aburrimiento

Me parece de lo mas curioso la advertencia que el filósofo José Antonio Marina da sobre el aburrimiento en su libro "La inteligencia fracasada":

“El aburrimiento -el deseo de experiencias- bajo su inocua apariencia guarda un potencial destructivo sorprendente.”

Comentando posteriormente que éste puede llevar a la adquisición de adicciones y hasta a subir a una azotea con una escopeta a pegar tiros,... Marina usa esos y otros ejemplos para alertar así de los riesgos que tiene aburrirse.



"Esperando que pase el tiempo" (Creative Commons License)

Eso me lleva a recordar a aquel alumno de 3º ESO que, sin aviso alguno y en medio de la explicación soltaba en voz alta: "Me aburro!" Afortunadamente lo interpreté correctamente como una deferencia que tenía conmigo, me avisaba que estaba aburriéndose y entonces podía pasar... ¡cualquier cosa! Yo siempre le agradecía el aviso y le pedía un poco de paciencia: "Si, es cierto Andrés, esto está siendo un poco aburrido. Verás que acabo en cinco minutos y luego hacemos otra cosa mas divertida". No siempre funciono a la perfección, pero si la mayoría de las veces.

Em otras ocasiones somos nosotros quienes fomentamos el aburrimiento, inconscientemente, no lo dudo, pero acabamos desarrollando el mayor de los tedios. Un compañero de matematicas me dijo de un tutorando que, al no saber la tabla de multiplicar, no podia hacer los ejercicios que mandaba, le bastaba con que el chaval no molestara en clase . Tambien he conocido padres y madres que me han dicho "yo si mi hijo-a no quiere hacer nada, le doy permiso para que no lo haga, pero lo que no le permito es que se convierta en un gamberro". En esos casos siempre recurro a una reflexión en voz alta y les digo: "Mire yo no sé bien usted, pero le aseguro que si a mí me obligan a tragarme una pelicula en chino, yo, siendo ya adulto y equilibrado, nada nervioso, con mis estudios hechos,... yo mismo no aguanto mas de tres minutos sin salir del cine... ¡Y pretendemos que su hijo-a adolescente y formándose como persona vea tranquilamente y sin armarla todos los días una película en chino para él, de seis horas! ¡La verdad, me parece imposible!"

Precisamente creo que debemos acabar con el aburrimiento en nuestras clases, no solo por el aburrimiento en sí mismo, sino por los peligros de éste, por el handicap que supone tener en clase a algún estudiante que puede estallar en cualquier momento. Termino esta entrada con la paradoja de aquel alumno que se alegro mucho cuando una compañera había vuelto de una baja médica de un mes; yo, que ya lo conocía bien por estar de guardia en esa hora le pregunté: "¿por que te alegras tanto si antes eras expulsado muchas veces de su clase?", "maestro, me expulsará pero al menos no me aburro tanto como en clase sin nada que hacer".

5 comentarios:

Pedro Villarrubia dijo...

Como ya lo comento en Internet en el Aula, donde María L. ha hecho referencia a este post:

Aunque es muy posible que la inteligencia fracase según Marina, o ese sea el título de algún capítulo, el libro, como bien enlazas se llama "Teoría de la Inteligencia Creadora". Yo no lo he leído, pero creo que la frase sobre el aburrimiento, al menos con la inserción de -el deseo de experiencias- no me parece correcta. El aburrimiento puede destruir una experiencia, pero el deseo de experiencias no tiene por qué ser destructivo.

Federico dijo...

Antes que nada, gracias por la precisión a la entrada.

Debo decir que hace ya algún tiempo que leí el libro de José Antonio Marina; lo saqué de una biblioteca pública, por lo que no puedo asegurar que no escribiera mal la cita, no obstante tengo anotado qué ésta se encuentra en la página 63 o la 65 (a veces confundo mi tres y mi cinco manuscrito). De verdad que intentaré repasarlo no vaya a ser que me haya equivocado.

Por otro lado, me parece muy coherente tu planteamiento. Según el diccionario de la RAE, aburrimiento es: Cansancio, fastidio, tedio, originados generalmente por disgustos o molestias, o por no contar con algo que distraiga y divierta.
Salvo si J.A. Marina quiera decir que el deseo perentorio de experiencias distintas a las que en ese preciso instante se esté realizando (originándose así un gran disgusto o molestia), no creo que el deseo de experiencias genere aburrimiento ni tenga por qué ser, necesariamente, destructivo.

El sentido de la entrada, no obstante, no es tanto la cita del libro sino más bien la idea de reflexionar, como docentes acerca del aburrimiento que a veces provocamos en nuestras propias clases, y de considerar esto como algo contraproductivo en nuestra tarea. Tal y como se indica en los comentarios a la entrada de Internet en el Aula ,

"El sembrado del aburrimiento en la escuela se hace desde los primeros cursos infantiles, a base de repetición, falta de contexto y masificación de los saberes."


Cuando comentas en esa entrada:

"Qué sería de nuestra industria del entretenimiento si de repente nos da por hacer la enseñanza entretenida: tendrían que vender videojuegos educativos(...)"
No sé bien si has leído un artículo de Revista de Pedagogía de este mes donde se narra la experiencia de utilizar durante 15 minutos al día en la clase de Refuerzo de Matemáticas de 3º de ESO el Brain Training (popularizado por la Nintendo DS) para agilizar el cálculo mental.

También coincido con María L. cuando indica en los comentarios a esa entrada que:

"Los chicos y chicas tienen que estar (...) en activo."

y más adelante

"La sociedad activa no es aburrida.(...) El aburrimiento aparece cuando no hacemos nada."

En definitiva, me surge la misma duda que María L. indica y transcribo:

"No debemos aburrirnos, ni el profesorado ni el alumnado. ¿Puede ser esa una de las causas más destructivas del sistema?"

Anónimo dijo...

Me pongo filosófica, Pedro:

"El aburrimiento puede destruir una experiencia"

Te aburres cuando no hay experiencia, así que no es que la destruyas, es que ya no la alcanzas.

"El deseo de experiencias no tiene por qué ser destructivo"

Si deseas experiencias porque no las tienes, mala cosa. Ahí hay destrucción.
Si deseas experiencias, pero tienes otras, y tu deseo no es más que ir preparando la siguiente experiencia, entonces no hay destrucción, sino crecimiento.

El aburrimiento no es el deseo de experiencias, es no tenerlas. Puedes estar aburrido y no desear experiencias. Es lo que les sucede a muchos alumnos/as en la escuela, les aburre tanto que no cuentan con que la escuela les aporte ninguna experiencia positiva, y las buscan fuera de las aulas. Si se llega a ese punto hay destrucción, y grave.

Anónimo dijo...

Yo solamente puedo opinar como alumna, porque no soy profesora, y es difícil todos los días asistir al instituto seis horas seguidas.
En esas seis horas son seis experiencias diferentes porque te adaptas o intentas hacerlo en las clases de todo los profesores, a veces tengo la sensación de que hay profesores que no le importa si el alumno esta aburrido o no,, como hay otros que hacen las clases mas amenas, suelo aburrirme en algunas clases a veces es por el tema de la materia, o porque el profesor la hace aburrida al hablar y hablar y no para sin que el alumnado intervenga mucho, y llega un momento en que ya cuesta concentrarte y quieres que ya pare, y entonces empiezas a aburrirte o cuando explica y el alumno no tiene ni remota idea de lo que esta hablando. Esto suele pasar muchas veces y yo recomendaría como alumna, que el profesor trate de empatizar mas con el alumnado, que escuche, y que si ve que la clase esta aburrida intente utilizar otros métodos para educar.

Federico dijo...

Muchísimas gracias por tu comentario, de hecho le doy una gran importancia puesto que precisamente los alumnos-as sois los que más sufrís de ese "aburrimiento" en las clases, y los que mejor lo conocéis.

Me apunto lo que has dicho y trataré de hacerlo mejor en mis propias clases teniendo estos dos detalles en cuenta:

1º Debemos EMPATIZAR más con el alumnado, ESCUCHARLO.

2º Démonos de frente con la realidad: si la clase está aburrida, intentemos utilizar OTRA MANERA DE ENSEÑAR.

De nuevo te doy las gracias en mi nombre, por dedicar un tiempo a que yo sea mejor profesional y en el de mi alumnado que se verá beneficiado de lo que tus reflexiones me provocarán. Te animo a que me hagas todas las críticas y comentarios que creas oportunos.

Un saludo

Federico