Hace poco tiempo, una compañera me preguntó ¿cómo sabía ella si era buena docente? Si lo estaba haciendo bien ahora. Este hecho me llevó a pensar en las Competencias de un Docente,,competencias entendidas como la capacidad para amoldarse a distintos contextos y situaciones resolviendo problemas cotidianos.
No me considero un buen docente pero sí alguien que le gustaría serlo, por eso esa pregunta me hizo reflexionar acerca de qué docentes me gustaron tener a mí y en qué docente me gustaría convertirme. Aquí comparto algunas de las conclusiones:
1.- Es muy poco importante el dominio de la materia o asignatura: a lo largo de mi vida profesional he tenido que enseñar Alternativa a la Religión, Matemáticas, Ciencias Naturales, Plástica, Física, Química, Biología y Geología (de un tercero de la ESO) y Física y química (de otro 3º de la ESO), Informática, TIC,... incluso las de mi especialidad: Electrotecnia, Tecnologías, Tecnología Aplicada, Tecnología Industrial I y II, Módulo 0 del PCPI o Preparación para la prueba de acceso a ciclo formativo de Grado Superior (modalidad B y C). Os puedo asegurar de lejos que no domino tantas materias, incluso me ofrecieron el dar francés, que ya sí rechazé en su momento: En ninguno de esos casos he obtenido unos resultados bajos o he sido valorado negativamente. Por eso pienso que un buen profesor conoce al menos algo de su materia aunque es más importante ponerle ganas por aprenderla bien (con sus fundamentos y su hermenéutica) junto a su alumnado que dominarla de cabo a rabo. Mi mejor profesor del Instituto fue José Manuel ("el individuo") que me enseñó Física y desde el principio nos decía que él realmente era químico y de física sabía mucho menos; puedo decir que con el paso del tiempo fue quien mejor enseñaba esa materia aunque no la dominara tanto.
2.- El entusiasmo, la ilusión y las ganas que tiene de enseñar me parecen sumamente más importantes que el mero dominio de su materia. Éstas se transmiten, aún cuando no abramos la boca (ya sabéis, "es imposible no comunicar") y son el inicio de la motivación del alumnado. ¿Por qué algunos estudiantes van tan bien en algunas materias y con determinados profesores? ¿Por qué se motivan más con ellos? Si la motivación solamente viniera de fuera, entonces nada podríamos hacer pero no parece que sea así el caso.
3.- Un buen docente conoce a su alumnado, habla con ellos, no simplemente de su materia; sabe qué músicas les gusta, cuántos hermanos-as tiene, cómo es su familia, qué hizo el pasado fin de semana,... y no por leerlo en un informe o por decírselo la Orientadora o el Orientador, la tutora o el tutor,... sino porque el mismo estudiante se lo ha dicho cuando, ya se ha ganado la confianza necesaria. Un buen docente se preocupa de formar personas integrales y para ello las debe conocer (como antes he dicho, "para enseñar latín a John, tan importante es conocer a John como saber latín).
4.- Un buen docente gestiona bien el aula, con sus variados momentos y la diversidad de alumnado al que atiende. No creo posible ser un buen maestro aquél que es capaz de enseñar Matemáticas a Einstein, pero fracasa cuando se la explica a un hiperactivo, y a un TGD, y a un alumno-a con padres encarcelados, y a un estudiante que tiene un nivel muy inferior al que debiera,... ¡¡caramba, pero si Einstein aprobaría matemáticas con cualquier profesor!! Como me dijeron en cierta ocasión, "hay alumnos que aprenden a pesar del profesor."
5.- Por último y para mí esencial, ya desde niño consideraba que un profesor subía muchísimos escalones cuando era consciente de sus limitaciones, veo muy necesario que un docente sepa aprender cada vez más tras su práctica. Al aprobar las oposiciones y ser profesor-a, al tener un puesto fijo, en ese momento es cuando se empieza a aprender a SER MAESTRO, no como he oído en más de una ocasión: "Yo ya he estudiado todo lo que tenía que aprender, ahora me toca vivir". Cada curso me planteo un nuevo reto, cuando tengo en mi clase alumnos-as complicadas los veo como posibilidades de aprender a ser mejor docente, cuando encuentro dificultades que soportar (por ejemplo tener un taller hecho un desastre) veo más las opciones que me ofrece (lo puedo poner más a mi gusto) y aprender de ello (¿cómo es mi taller ideal en este espacio/con estas condiciones/con estos compañeros-as/...?)
No me considero un buen docente pero sí alguien que le gustaría serlo, por eso esa pregunta me hizo reflexionar acerca de qué docentes me gustaron tener a mí y en qué docente me gustaría convertirme. Aquí comparto algunas de las conclusiones:
1.- Es muy poco importante el dominio de la materia o asignatura: a lo largo de mi vida profesional he tenido que enseñar Alternativa a la Religión, Matemáticas, Ciencias Naturales, Plástica, Física, Química, Biología y Geología (de un tercero de la ESO) y Física y química (de otro 3º de la ESO), Informática, TIC,... incluso las de mi especialidad: Electrotecnia, Tecnologías, Tecnología Aplicada, Tecnología Industrial I y II, Módulo 0 del PCPI o Preparación para la prueba de acceso a ciclo formativo de Grado Superior (modalidad B y C). Os puedo asegurar de lejos que no domino tantas materias, incluso me ofrecieron el dar francés, que ya sí rechazé en su momento: En ninguno de esos casos he obtenido unos resultados bajos o he sido valorado negativamente. Por eso pienso que un buen profesor conoce al menos algo de su materia aunque es más importante ponerle ganas por aprenderla bien (con sus fundamentos y su hermenéutica) junto a su alumnado que dominarla de cabo a rabo. Mi mejor profesor del Instituto fue José Manuel ("el individuo") que me enseñó Física y desde el principio nos decía que él realmente era químico y de física sabía mucho menos; puedo decir que con el paso del tiempo fue quien mejor enseñaba esa materia aunque no la dominara tanto.
2.- El entusiasmo, la ilusión y las ganas que tiene de enseñar me parecen sumamente más importantes que el mero dominio de su materia. Éstas se transmiten, aún cuando no abramos la boca (ya sabéis, "es imposible no comunicar") y son el inicio de la motivación del alumnado. ¿Por qué algunos estudiantes van tan bien en algunas materias y con determinados profesores? ¿Por qué se motivan más con ellos? Si la motivación solamente viniera de fuera, entonces nada podríamos hacer pero no parece que sea así el caso.
3.- Un buen docente conoce a su alumnado, habla con ellos, no simplemente de su materia; sabe qué músicas les gusta, cuántos hermanos-as tiene, cómo es su familia, qué hizo el pasado fin de semana,... y no por leerlo en un informe o por decírselo la Orientadora o el Orientador, la tutora o el tutor,... sino porque el mismo estudiante se lo ha dicho cuando, ya se ha ganado la confianza necesaria. Un buen docente se preocupa de formar personas integrales y para ello las debe conocer (como antes he dicho, "para enseñar latín a John, tan importante es conocer a John como saber latín).
4.- Un buen docente gestiona bien el aula, con sus variados momentos y la diversidad de alumnado al que atiende. No creo posible ser un buen maestro aquél que es capaz de enseñar Matemáticas a Einstein, pero fracasa cuando se la explica a un hiperactivo, y a un TGD, y a un alumno-a con padres encarcelados, y a un estudiante que tiene un nivel muy inferior al que debiera,... ¡¡caramba, pero si Einstein aprobaría matemáticas con cualquier profesor!! Como me dijeron en cierta ocasión, "hay alumnos que aprenden a pesar del profesor."
5.- Por último y para mí esencial, ya desde niño consideraba que un profesor subía muchísimos escalones cuando era consciente de sus limitaciones, veo muy necesario que un docente sepa aprender cada vez más tras su práctica. Al aprobar las oposiciones y ser profesor-a, al tener un puesto fijo, en ese momento es cuando se empieza a aprender a SER MAESTRO, no como he oído en más de una ocasión: "Yo ya he estudiado todo lo que tenía que aprender, ahora me toca vivir". Cada curso me planteo un nuevo reto, cuando tengo en mi clase alumnos-as complicadas los veo como posibilidades de aprender a ser mejor docente, cuando encuentro dificultades que soportar (por ejemplo tener un taller hecho un desastre) veo más las opciones que me ofrece (lo puedo poner más a mi gusto) y aprender de ello (¿cómo es mi taller ideal en este espacio/con estas condiciones/con estos compañeros-as/...?)
A día de hoy soy un docente que deja que sean mis estudiantes en grupos quienes decidan el proyecto a realizar (no podéis imaginar lo que me han obligado a esforzarme y lo bonito que es tener en una clase cinco soluciones diferentes a un mismo problema a construir), al tenerlos mucho tiempo en Grupos Cooperativos heterogéneos logro encontrar momentos de observación donde puedo aprender mejor cómo son, cuáles son sus fortalezas y debilidades,... Me gustan los recreos porque puedo hablar con algunos de ellos-as de manera más tranquila, conocerlos y saber qué música escuchan hoy día, qué valores viven,... Pero sobretodo soy un docente que quiere ser mejor profesor, tener un 100% de aprobados en clase siempre y formar a personas preparadas para la vida futura,... y soy consciente de que para eso aún tengo mucho que aprender.
¿Qué es para ti un buen docente?
¿Qué es para ti un buen docente?
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