martes, 23 de noviembre de 2010

La constante macabra


Cuando empecé hace ya algún tiempo como profesor, me propuse, como meta, el que todos mis alumnos-as aprendieran y aprobaran los exámenes. Sin embargo, y a pesar de las ilusiones que todos tenemos al empezar nuestra carrera de maestro o profesor, "soy un buen profesor comprometido con mi alumnado", "creo que puedo lograr que todos aprendan bastante", "qué buena explicación y qué´buen ejemplo he puesto hoy, todos-as me han seguido bien durante todo el tiempo",... todo eso ha ido chocando frontalmente con la realidad: había/hay alumnos-as a los que no he podido llegar.


La versión del experto en educación, André Antibi, es más bien otra. En esta entrevista, indica que para mantener el prestigio, un profesor debe suspender a una proporción de su alumnado, una proporción que llama la constante macabra, y que representa, lógicamente, un lastre tremendo para evitar el fracaso escolar al desmotivar a parte del alumnado.

"Para que no parezca que regala los aprobados, siempre es necesario que haya un cierto porcentaje de notas bajas, es lo que llamo la 'constante macabra' "

Personalmente no me alineo en ese planteamiento y más bien creo que sería mucho mejor docente si lograra esos retos de atención a todos y todas que inicialmente tenía como compromiso. Esa equidad con calidad que muchos buscamos en la escuela actual. Afortunadamente, el propio André nos da una solución que es bien fácil:

" Días antes de la prueba, el profesor facilita a los alumnos una lista de cuestiones que resumen las enseñanzas inculcadas en el periodo que se pretende evaluar; entre ellas se incluyen las que van a salir en el examen. Son cuestiones del programa oficial, que el alumno ya ha visto. El día de la prueba tendrá que resolver varios puntos de esa lista, con la ventaja de que conoce de antemano la respuesta. Y después habrá una reunión con los alumnos, para aclarar duras y facilitar la solución a los que no la han sabido. El profesor entonces no aparece como una persona que va a poner trampas... "

Curiosamente, algo que hago desde hace tiempo es ir preparando el examen de un grupo de alumnos-as pocos días antes de que lo tengan. Esa receta, similar a la que indica el propio André, me ha valido a mí bastante bien para mejorar mi proporción de aprobados.

Por ello, este éxito parcial, me sirvió en su momento como acicate para ir probando nuevas cosas, para ver cómo podía seguir mejorando. Es más me ha enseñado a ser realmente un docente, a retomar esas ilusiones iniciales, e incluso a conseguir que TODOS-AS aprueben mi asignatura en alguna ocasión. Aquellos a los que aún no llego a atenderles debidamente son mi reto para mejorar como docente. ¿Cuántos suspensos tuviste tú el curso pasado? ¿Qué harás este curso para que disminuyan?