martes, 23 de diciembre de 2008

Juego de Ajedrez


Este año imparto la asignatura de Tecnología Aplicada, una optativa de 1º de la ESO. Considerando los objetivos y contenidos de la misma, nuestro departamento ha acordado que estemos todo el curso haciendo proyectos y solicitando memorias individuales de los trabajos realizados en grupos heterogéneos que deben cooperar entre sí. Pensamos que así, el próximo curso estos alumnos y alumnas, al conocer nuestra forma de trabajar pueden aportar al resto de la clase un gran avance.

Ha sido difícil decidirnos por un primer proyecto ya que el alumnado es muy diverso y desconoce bastante la opción que han elegido, incluso a veces tienen ideas muy alejadas de la realidad "La escogí porque mi hermano me dijo que era la que más le gustaba porque allí se contaban chistes". Al final propusimos hacer un juego portátil tipo ajedrez o damas. Éstas han sido sus soluciones:

Cajita con juego de damas.

Este proyecto fue realizado por dos alumnas y dos alumnos que, al principio no paraban de pelearse entre ellos. Al final se ayudaron mutuamente de forma extraordinaria: "no nos cambies de equipo".

El equipo que primero acabó el proyecto.

Evidentemente, este primer proyecto fue muy guiado, pero eso no resta que ellos vayan aportando su originalidad, principalmente en la decoración y elección de colores.


¿Debo decir que en este equipo había un forofo del Barcelona?

Este equipo iba muy retrasado por eso decidieron decorarlo con cartulina.

La caja se fabricó en contrachapado de 3 mm y en las esquinas se pusieron tacos de madera de pino unidos con puntillas. En la lista de herramientas que tuvieron que elaborar aparecían la regla, escuadra, lápiz, segueta, lija, serrucho, tornillo de banco, lima, sargento, martillo y pincel. ¿Verdad que para ser un primer proyecto es muy completito?


Vista interior de una de las cajas con las cuatro esquinas ya clavadas.


No todos los proyectos, ni todos los equipos funcionaron del todo bien , pero atendiendo al elemento motivador que supone acabar bien el proyecto así como a la necesidad de que adquieran confianza y seguridad en la construcción, nos esforzamos todos en presentar un proyecto acabado.

Me equivoqué al hacer este grupo (hubo dos absentistas) y quien lo acabó prefirió hacer una cajita guarda secretos y no un juego.

A este equipo les salió un tablero de 8 x 9 casillas, sirve para jugar un ajedrez muy particular.


miércoles, 10 de diciembre de 2008

¿Por qué pintan las paredes?

¡Cuántas veces he entrado en los servicios de los alumnos y he visto las pintadas que han escrito! Considero, como dice Miguel Ángel Santos Guerra en su blog El Adarve, que estas pintadas representan un magnífico ejercicio de la libertad de expresión y un instrumento precioso para conocer el clima de un centro. En esta entrada me pregunto a qué se debe este comportamiento, es decir ¿por qué pintan las paredes?

Una pintada en un lavabo.

Evidentemente, al escribir en una pared, uno satisface una necesidad de comunicación. Cuando se dibuja un corazón encerrando dos nombres, posiblemente se haga por el imperioso deseo de mostrar a todo el mundo lo enamorados que están. Igual explicacion merecen las frases del estilo "Juan y Carmen" o "Te quiero Toñi".

En otras ocasiones, las pintadas sirven como válvula de escape, evidenciando un conflicto con el profesor "al de tecno le cabe to", contra la asignatura "odio las mates" o contra algún compañero-a "la Mary es una puta". Uno de mis tutelandos fue pillado in fraganti haciendo una de las pintadas de este tipo, cuando le pregunté que por qué lo hizo me respondió "Si se lo digo a la cara me pone un parte, maestro". Tenía que decirlo evitando la violencia directa que le hubiera perjudicado aún más.

También tenemos pintadas que sirven para reafirmarse como persona, a si mismo, como al firmar en la pared, incluyendo muchos graffitis, o en sociedad: "Pachi, Chungui y Loli" o cuando informa de su inclusión en un grupo "Viva el Betis", "los de 3º A somos los mejores",...

Incluso me atreverÍa a decir que algunas de las pintadas se hacen por aburrimiento, si no a qué viene escribir un número de teléfono falso.

Recordando a Desmond Morris, que en su obra "El mono desnudo" indica:

"Cuando ponemos un nombre en una puerta, o colgamos un cuadro en una pared, lo que hacemos es en términos perrunos o lobunos, levantar la pata y dejar nuestra marca personal. (...) definir de esta manera el territorio de su hogar." (pag. 201-202)

Pienso que quizás sea ése un detalle esencial de las pintadas. Solamente hacen pintadas en las paredes del centro aquellas personas que lo sienten como algo propio, parte de "su territorio", Siendo así, ¿no nos debería preocupar más quienes ni siquiera pintan las paredes?

miércoles, 3 de diciembre de 2008

El palo y la zanahoria

De pequeño escuchaba que para que un burrito tirara de un carro pesado había que utilizar dos estrategias: el palo cuando se ponía testaduro, y la zanahoria cuando iba llevándolo bien. No es más que un principio motivador claro: premio o refuerzo positivo cuando "haces lo que debes" y castigo si no lo haces. Considero que ser estudiante es un trabajo duro y observo que también en la escuela se llega a utilizar "el palo y la zanahoria".



Cuando alguno de mis estudiantes ha hecho algo bien, especialmente cuando era algo que reconozco que le ha costado mucho a ese estudiante en particular, siempre procuro felicitarle tanto privada como públicamente. Muchas veces he alzado la voz y he dicho unas palabras similares a "Quiero deciros que hoy me ha sorprendido muy gratamente Alejandro (o Julia o Jonathan o Saray) porque durante media hora ha estado trabajando y no se ha levantado, por eso le aplaudo y quiero que todos lo sepáis". Una vez que inicio el aplauso, toda la clase se suele sumar, por lo que también es necesario poner algo de orden "Muy bien, ya está; a ver a quién podemos felicitar luego". El poder de la celebración, de la felicitación, del premio, de la zanahoria, creo que está muy infravalorado en educación. Basta ver lo que son capaces de realizar por tener unos positivos que, ni siquiera ellos saben bien cómo influyen en la nota... pero como son positivos, es bueno coleccionarlos.

Por otro lado, también hay momentos donde yo mismo saco el palo. Ante las faltas de respeto, las agresiones (físicas o verbales o de cualquier otro tipo), las actitudes xenófobas,... me pongo muy serio y digo "Señores, sabéis que no consiento falta de respeto bajo ningún concepto." Curiosamente en la mayoría de ocasiones, basta esa frase para que ellos asuman que no deben seguir por ese camino. Otros compañeros-as hablan también del poder y la necesidad de corregir poniendo negativos (que, como los positivos, tampoco se sabe bien cómo afecta a la calificación final) yo particularmente no los pongo con la idea de animar y fomentar la participación. "Maestro yo salgo a la pizarra, pero si está mal no me pones mala nota, ¿verdad?", exigencia que he encontrado que me hacen muchos estudiantes, "No pasa nada; si está mal no te pongo una nota buena, pero tampoco te la pongo mala."

Como nuestro objetivo como educadores no es tanto premiar o castigar sino más bien educar, me pregunto ¿qué estrategia da mayores resultados el palo o la zanahoria?, ¿se deben utilizar ambas estrategias con todo el alumnado? Sin responder bien a esas preguntas, particularmente creo que muchas veces abusamos del uso del palo olvidando que se consigue más con la zanahoria que con el palo. ¿Qué percibís vosotros?