Me han llegado algunas de las conclusiones del informe "Equitat, excel lència i eficiència educativa a Catalunya. Una anàlisi comparada" cuyos autores son Ferran Ferrer (director), José Luis Castel y Òscar Valiente y ha sido publicado por la fundación Jaume Bofill.
Este informe se realiza con los datos del informe PISA de 2006, centrándose en Cataluña. La verdad es que algunas de las conclusiones a las que llega no dejan de ser sorprendentes. Según se indica en El País el 30 de Octubre de 2008:
"El informe concluye que agrupar alumnos por su capacidad 'parece influir negativamente en los resultados'. "
Y más adelante:
"Crear grupos por niveles desafía a la escuela basada en el "modelo comprensivo", es decir, aquella en la que todos los alumnos deben tener las mismas condiciones de escolarización sin mirar sus capacidades."
Es decir, dentro de la dicotomía una escuela para todos (equidad) y de calidad (excelencia), precisamente, el separar al alumnado por niveles no es la mejor de las prácticas. Pero entonces, ¿dónde están los partidarios de los agrupamientos flexibles? ¿por qué la diversificación se ha ampliado incluyendo tercero de la ESO? El auge de centros bilingües en algunas de sus líneas, ¿no crea también una cierta separación por niveles?
Esto llama aún más la atención especialmente si consideramos, como dice El periódico, que Cataluña es la comunidad que más practica la segregación escolar en alguna de las materias o en todas.
Evidentemente el debate entre agrupamientos heterogéneos y agrupamientos homogéneos ya viene de lejos y ahondar más me parece superfluo. En mi experiencia la diversidad en el grupo clase me ha propiciado tener equipos que han aprendido más entre sí, se ha conseguido (no sin esfuerzo) comportamientos prosociales mucho más asumidos y el clima general (convivencia, satisfacción, estudio,...) ha sido bastante positivo.
Por otro lado, coincido en que es más cómodo dar clase a grupos muy homogéneos que a grupos heterogéneos, por eso, para poder atender la diversidad de manera adecuada es necesario una preparación "extra". Hay que cambiar la manera de enfocar la educación cuando te enfrentas a una clase de treinta individualidades.
Aún hoy día algunos docentes indican que con adolescentes no funciona el que todos deban aprender lo mismo, incluso muy buenos profesionales que conozco apuestan por los "talleres prelaborales" cuanto antes para atender mejor a los que sí quieren estudiar. No soy nada inflexible y posiblemente todas las posturas tengan parte de razón, aunque creo que la sociedad nos paga para que intentemos siempre que TODOS estén en la misma escuela, no para enseñar solamente a quienes quieren aprender. En otras ocasiones he hablado de para qué debe servir la escuela en mi opinión, pero recuerdo a un compañero que de forma irónica decía: "quienes quieren aprender lo hacen incluso a pesar mío y quienes no quieren no lo consigo aunque lo pretenda por tanto, creo que hoy día no hago nada en las clases".
Por mi lado pienso que al fin y al cabo, si PISA sirve de algo, siempre podemos ver que en Finlandia la escuela es totalmente comprensiva. Por tanto es posible atender a la diversidad: en Finlandia también existen minorías, niños y niñas que no quieren estudiar, problemas económicos y sociales,... aunque sea una sociedad muy diferente a la nuestra. Más que no hacer nada frente a la diversidad de mi alumnado o quejarme sin ver soluciones que pueda aplicar, yo opto por preguntarme ¿cómo atiendo yo a la diversidad en mis clases? ¿Qué resultados me está dando? ¿Existen otras opciones? ¿Podría yo probar alguna de estas novedades? ¿Cómo comprobaría lo que estoy haciendo? ¿Podría hacerse de forma cotidiana y repetiría los mismo resultados? Háganlo, la satisfacción que entra después compensa el sacrificio.
Este informe se realiza con los datos del informe PISA de 2006, centrándose en Cataluña. La verdad es que algunas de las conclusiones a las que llega no dejan de ser sorprendentes. Según se indica en El País el 30 de Octubre de 2008:
"El informe concluye que agrupar alumnos por su capacidad 'parece influir negativamente en los resultados'. "
Y más adelante:
"Crear grupos por niveles desafía a la escuela basada en el "modelo comprensivo", es decir, aquella en la que todos los alumnos deben tener las mismas condiciones de escolarización sin mirar sus capacidades."
Es decir, dentro de la dicotomía una escuela para todos (equidad) y de calidad (excelencia), precisamente, el separar al alumnado por niveles no es la mejor de las prácticas. Pero entonces, ¿dónde están los partidarios de los agrupamientos flexibles? ¿por qué la diversificación se ha ampliado incluyendo tercero de la ESO? El auge de centros bilingües en algunas de sus líneas, ¿no crea también una cierta separación por niveles?
Esto llama aún más la atención especialmente si consideramos, como dice El periódico, que Cataluña es la comunidad que más practica la segregación escolar en alguna de las materias o en todas.
Evidentemente el debate entre agrupamientos heterogéneos y agrupamientos homogéneos ya viene de lejos y ahondar más me parece superfluo. En mi experiencia la diversidad en el grupo clase me ha propiciado tener equipos que han aprendido más entre sí, se ha conseguido (no sin esfuerzo) comportamientos prosociales mucho más asumidos y el clima general (convivencia, satisfacción, estudio,...) ha sido bastante positivo.
Por otro lado, coincido en que es más cómodo dar clase a grupos muy homogéneos que a grupos heterogéneos, por eso, para poder atender la diversidad de manera adecuada es necesario una preparación "extra". Hay que cambiar la manera de enfocar la educación cuando te enfrentas a una clase de treinta individualidades.
Aún hoy día algunos docentes indican que con adolescentes no funciona el que todos deban aprender lo mismo, incluso muy buenos profesionales que conozco apuestan por los "talleres prelaborales" cuanto antes para atender mejor a los que sí quieren estudiar. No soy nada inflexible y posiblemente todas las posturas tengan parte de razón, aunque creo que la sociedad nos paga para que intentemos siempre que TODOS estén en la misma escuela, no para enseñar solamente a quienes quieren aprender. En otras ocasiones he hablado de para qué debe servir la escuela en mi opinión, pero recuerdo a un compañero que de forma irónica decía: "quienes quieren aprender lo hacen incluso a pesar mío y quienes no quieren no lo consigo aunque lo pretenda por tanto, creo que hoy día no hago nada en las clases".
Por mi lado pienso que al fin y al cabo, si PISA sirve de algo, siempre podemos ver que en Finlandia la escuela es totalmente comprensiva. Por tanto es posible atender a la diversidad: en Finlandia también existen minorías, niños y niñas que no quieren estudiar, problemas económicos y sociales,... aunque sea una sociedad muy diferente a la nuestra. Más que no hacer nada frente a la diversidad de mi alumnado o quejarme sin ver soluciones que pueda aplicar, yo opto por preguntarme ¿cómo atiendo yo a la diversidad en mis clases? ¿Qué resultados me está dando? ¿Existen otras opciones? ¿Podría yo probar alguna de estas novedades? ¿Cómo comprobaría lo que estoy haciendo? ¿Podría hacerse de forma cotidiana y repetiría los mismo resultados? Háganlo, la satisfacción que entra después compensa el sacrificio.
2 comentarios:
la diferencia es que los agrupamientos flexibles sean por nivel, o por ejemplo, simplemente por orden de lista, cosa que no lleva a que los alumnos se perciban como el grupo "de los incompetentes". Una cosa es que te cataloguen de alumno de refuerzo, y la otra ir a refuerzo fuera de la escuela.
No sé si te he entendido muy bien.
Considero que los agrupamientos flexibles (entendiendo por estos una separación por niveles de rendimiento, fíjate en esta definición de agrupamientos flexibles ), cuando se hacen bien y especialmente cuando se establecen correctamente los criterios de flexibilización para proceder al paso de alumnos/as intergrupos es una medida de atención a la diversidad estupenda y que puede dar magníficos resultados.
Dudo, no obstante del valor que pueda tener esta estrategia cuando tenemos clases con mucha diversidad; pero hace tres años un centro en Cádiz (desgraciadamente no recuerdo bien cuál) me mostró cómo podía hacerse muy bien en la práctica cambiando algunos plantemientos (por ejemplo ellos realizaban prácticamente seis evaluaciones y no las tres a que estamos ya acostumbrados).
En lo que sí estoy de acuerdo es que una cosa es que te cataloguen de refuerzo (algo que, por cierto me suena horrible) y otra disferente es ir a un refuerzo fuera o dentro de la escuela.
Un saludo
Federico
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