jueves, 30 de diciembre de 2010

La palabra de los niños-as

Me parece sumamente interesante comprender la visión que los niños tienen de la escuela donde van para poder valorar cómo funciona realmente y qué cambios debe introducir ésta. En este sentido recuerdo bien las palabras de Francesco Tonucci:

"Es hora de pensar en una escuela de los niños, ajustada a sus necesidades y donde se podría hacer mucho más en mucho menos tiempo. Es insostenible que, tras seis horas de clase, los niños tengan deberes que les quitan todo el tiempo libre. Tienen que hacer cosas en casa, pero cosas que sepan hacer solos. Así tendrían algo que contar en la escuela. Ahora no tienen, porque todos ven la misma televisión, pasan las tardes en los mismos cursillos y eso no vale la pena contarlo en la clase: todos lo saben. "

De la entrevista en El País del 21/10/2003.

Por ejemplo, yo mismo creo, como muchos compañeros-as, que la escuela debe salir a la calle, que nuestro alumnado debe interactuar con el entorno que le rodea, que debemos facilitar las excursiones y salidas fuera del centro escolar. Pero a veces lo que obtenemos es lo que Frato dibuja maravillosamente aquí:




En este sentido veo de manera muy positiva el movimiento de las Slow School, cuando también indican:

"The process of education is not about supplying students with lumps of information to be regurgitated on demand. It is about enabling students to learn how to learn. It is also about giving them opportunities to hear what others have learnt (knowledge) and to then discuss, argue, and reflect on this knowledge to gain a greater understanding of its truth for them and of how this knowledge will be of use to them."

La idea de escuela de Tonucci queda clara al indicar que:

"... los maestros deberían aprovechar los momentos de libertad y juego de los chicos para observarlos, ver los aspectos de su carácter y las actitudes que normalmente en clase no se revelan. (...) no para usarlas contra ellos, sino para conocerlos más" porque realmente "el niño sabe y es competente y va a la escuela para desarrollar su saber" así al llegar a la escuela "los chicos tienen que llegar a la escuela con los bolsillos llenos, no vacíos, y sacar sus conocimientos para trabajarlos en el aula. (...) El trabajo empieza dando la palabra a los niños. Primero se mueve el niño; recién después el maestro." Considerando que éste, "el profesor no es el saber sino el mediador del saber". Dejando claro que "la escuela disfruta de la diversidad. Los puntos de vista distintos constituyen el motor indispensable de la acción educativa: ponen de manifiesto contrastes o contradicciones, solicitan comparaciones progresivas y profundizaciones posteriores".

Pensemos entonces la escuela que tenemos y asumamos si alguna vez nos ha pasado esto:

Yo me pregunto, ¿tenemos la escuela que se merecen nuestros hijos-as? El mismo Tonucci nos indica que hoy día "podríamos afirmar que tienen éxito en la escuela los que no la necesitan."

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